RESUMEN
La situación escolar actual ha provocado en l@s estudiantes diversas emociones y la percepción de ineficacia del aprendizaje, lo que ha dotado de un especial significado este periodo de sus vidas. El propósito de esta investigación fue conocer la representación mental de alumn@s de bachillerato de sus experiencias de aprendizaje y enseñanza del ciclo escolar 2020-2021, así como de las emociones que los acompañaron. Los resultados muestran que vivieron el aprendizaje y la enseñanza difíciles y estresantes, pero con resultados favorables; sin embargo, experimentaron de emociones fundamentalmente negativas, lo que probablemente signifique que el impacto más importante del confinamiento se relaciona con el manejo de las emociones en todos los ámbitos de la vida de l@s alumn@s, por lo que se requiere una formación intencionada y planificada para afrontar esta situación.
INTRODUCCIÓN
Al declararse la pandemia por COVID-19 los gobiernos de los países se vieron en la necesidad de tomar medidas drásticas para mitigar los efectos de la enfermedad en la población (Paricio y Pando, 2020), entre las que destaca el confinamiento domiciliario, acompañado de un cambio radical en los hábitos y rutinas (Bárcena y Uribe, 2020). Los niños y adolescentes son especialmente vulnerable a las crisis sociales y los efectos de la pandemia podrían repercutir en su bienestar físico y mental, ya que las condiciones de incertidumbre, el miedo social a la infección, los problemas domésticos, las limitaciones económicas y el distanciamiento físico son factores que contribuyen a producir estrés, ansiedad, miedo, alerta constante y confusión mental (Cowie y Myers, 2020; Paricio y Pando, 2020).
Un aspecto importante de la vida de los adolescentes que ha sufrido cambios dramáticos se relaciona con el ámbito educativo. En México, la suspensión de actividades escolares comenzó el 23 de marzo de 2020 (Diario Oficial de la Federación, 2020), dando paso al aprendizaje a distancia. La adaptación a éste ha sido difícil y, como consecuencia, una gran cantidad de alumn@s han optado por la deserción escolar (Bárcena y Uribe, 2020).
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a través de la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación, informa que en México “2.3 millones de personas entre 3 y 29 años no están inscritas en el ciclo escolar 2020-2021 por motivos asociados directamente a la pandemia por la COVID-19” (INEGI, 2020). Aquellos que han podido continuar con sus estudios se han enfrentado a nuevos retos: la “brecha digital”
(Paricio y Pando, 2020) que se traduce en una distribución desigual de los recursos y estrategias (Bárcena y Uribe, 2020).
Por otro lado, “debido a que la contingencia del COVID-19 sucedió de manera inesperada, es posible que no haya habido tiempo suficiente para una capacitación adecuada de los recursos digitales en los profesores, lo que mostraría que el profesor no estaba preparado para la enseñanza en línea (Monzón, 2020)” (Zacarías y Salgado, 2020: 799).
En la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) se ha trabaja para incorporar las TIC al proceso de enseñanza-aprendizaje; no obstante, tanto docentes como estudiantes han reportado dificultades en cuanto al conocimiento, equipamiento y conectividad. Así, durante el ciclo 2020-2021, vivimos una experiencia escolar nueva, inconcebible y muy estresante: entramos a la virtualidad sin pasar por la sala de espera y sólo con los recursos que pudimos alcanzar en el último momento. Lo anterior hace evidente la necesidad de conocer la forma en que l@s alumn@s vivieron y valoraron esta experiencia, pues con esta información se puede identificar lo que requieren en este estilo de “escolaridad” para obtener un adecuado desempeño académico. La técnica de Redes Semánticas Naturales (RSN), que ofrece información sobre la representación mental de los individuos, nos da la posibilidad de tener acceso a esta información.
El propósito de esta investigación fue conocer, a través de la técnica de RSN, la representación mental de alumn@s de la ENP, de sus experiencias de aprendizaje y enseñanza del ciclo escolar 2020-2021, así como de las emociones asociadas a estos procesos.
MÉTODO
Participaron 273 estudiantes de sexto año, inscritos en las asignaturas de Psicología e Higiene Mental y en el Estudio Técnico Especializado de Histopatología del Plantel 1 “Gabino Barreda” de la ENP, 88 hombres y 185 mujeres, en sus grupos naturales.
Se les pidió que, en un formulario con tres secciones escribieran, en cada apartado por separado, las cinco palabras que mejor describen o definen: 1). “aprendizaje que tuvo en este periodo escolar”; 2). “forma en que l@s docentes condujeron sus cursos”; y, 3). “emociones que experimentó en relación con las clases, y exigencias académicas”. No podían usar frases ni oraciones. Posteriormente jerarquizaron las palabras en orden de importancia.
La información se analizó de acuerdo con el procedimiento de RSN propuesto por Figueroa y cols. (Arce y Placencia, 2004), obteniéndose la frecuencia (f), así como los
valores: M (peso semántico o importancia de cada definidora ponderada por su frecuencia), J (riqueza de la red o número de definidoras diferentes) y Grupo SAM (las 10 definidoras con el valor M más alto). También se clasificaron las definidoras en positivas, negativas y neutras, con base en su significado, y se contabilizaron las empleadas sólo por un sujeto. Los datos se analizaron por separado para hombres y mujeres.
RESULTADOS
En las tablas 1, 2 y 3 se presentan las definidoras más significativas con que los sujetos definieron sus experiencias de aprendizaje y enseñanza, y las emociones asociadas con ellas.
Los Grupos SAM de mujeres y hombres comparten más similitudes que diferencias (en color azul), sobre todo en lo relativo a las emociones presentes en este ciclo escolar, por lo que se decidió hacer un análisis general a partir de las definidoras en las que hay acuerdo.
En las representaciones mentales relativas al aprendizaje se pueden destacar tres aspectos: la dificultad de la tarea, su novedad y la consideración de un resultado favorable. Es decir, esta experiencia diferente se percibió como difícil y estresante, pero el aprendizaje fue bueno y novedoso, así como acompañado por interés y apoyo.
Por lo que toca a la representación mental del desempeño docente, las definidoras comunes de los Grupos SAM indican que la enseñanza también estuvo caracterizada por la dificultad y lo no cotidiano (difícil y diferente), pero marcada por el compromiso de l@s docentes (esfuerzo y paciencia), lo que la llevó a ser buena, interesante y comprensiva.
Estos resultados son muy alentadores pues evidencian la percepción de que tanto estudiantes como profesor@s participaron activamente para obtener buenos resultados en este ciclo escolar; no obstante, también tenemos definidoras que indican que deben tomarse medidas para que el aprendizaje no sea confuso y deficiente. Es decir, la buena voluntad y el esfuerzo no fueron suficientes para considerar que se alcanzaron las metas educativas.
En cuanto a las emociones asociadas con la vivencia del proceso educativo en confinamiento, hombres y mujeres comparten nueve de las diez definidoras, lo que significa que, al menos en esta experiencia, las diferencias de género tienen que ver con la importancia que asignan a las emociones más que a su tipo. También puede apreciarse que se consideraron emociones positivas (felicidad y alegría) y negativas (tristeza, enojo, miedo y frustración), tal vez porque se asocian tanto con las dificultades del proceso de enseñanza aprendizaje como con superar exitosamente los retos y demandas implicados en éste.
Es importante destacar que los términos empleados muestran que l@s estudiantes no diferencian claramente los estados afectivos de otros, lo que podría explicar, al menos en parte, su dificultad para manejar y trascender las emociones no convenientes. Por ejemplo, el estrés es un mecanismo adaptativo que va acompañado por emociones; la ansiedad que casi todo mundo experimenta es un estado de excitación preparatorio; y la confusión tiene que ver con un estado cognitivo de no comprensión o entendimiento.
Los valores J representan la riqueza conceptual; es decir, las relaciones semánticas con otros conceptos. No obstante, hay que diferenciar la riqueza de la dispersión o variabilidad. Cuando muchas definidoras son empleadas sólo por un sujeto, esto nos habla de diferencias individuales y del impacto de la subjetividad en la representación mental.
En la tabla 4 se presenta el número de definidoras que empleó sólo un sujeto en cada una de las representaciones mentales exploradas. Como puede observarse, excepto para la RSN de emoción en las mujeres, estas definidoras constituyen más del 50% de la riqueza conceptual, lo que nos invita a hacer un análisis diferencial de los grupos para buscar factores que puedan explicar esta diversidad: asignaturas cursadas, rendimiento escolar previo, etc.
Contrario a lo que esperábamos, pues en la literatura se reportan dificultades e insatisfacción con las experiencias de este ciclo escolar (Cowie y Myers, 2020; Paricio y Pando, 2020), apreciamos el uso de más definidoras con significados positivos relacionadas con la representación mental del aprendizaje y la enseñanza, lo que significa que las acciones netamente escolares no estuvieron fuera de las expectativas y del control percibido por l@s alumn@s. Sin embargo, no fue el caso de las emociones: el 55% de las definidoras empleadas por mujeres y el 48% por los hombres, corresponden a términos asociados con emociones o estados afectivos negativos. Estos resultados nos muestran que, probablemente, el impacto más importante del confinamiento se relaciona con el manejo de las emociones en todos los ámbitos de la vida de l@s alumn@s y que la experiencia escolar no es la excepción, por lo que se requieren acciones intencionales y planificadas para afrontar esta situación.
CONCLUSIONES
En la adolescencia, la escuela tiene una importancia fundamental para el ejercicio de los roles y el desarrollo de habilidades interpersonales. El cierre de estos espacios implica un desafío para este grupo, ya que las interacciones sociales se limitan al núcleo familiar y deja fuera a los pares que son muy importantes (Paricio y Pando, 2020; Silveira y Siepmann, 2020).
El estrés académico es considerado como una reacción normal ante la carga de trabajo que viven l@s estudiantes (Osorio, s/f); sin embargo, las circunstancias actuales lo han aumentado debido a la falta de adaptabilidad a la situación escolar. Esto ha provocado en l@s estudiantes diversas emociones que tal vez no se habían identificado en otros cursos (Cowie y Myers, 2020; Paricio y Pando, 2020).
El impacto más importante del confinamiento probablemente se relaciona con el manejo de las emociones en todos los ámbitos de la vida de l@s alumn@s y la experiencia escolar no es la excepción, por lo que se requieren acciones intencionales y planificadas para enseñarlos a afrontar esta situación.
Emilio Amed Sánchez Ronces (Estudio Técnico Especializado en Histopatología, alumno de la Plantel 5 “José Vasconcelos” de la Escuela Nacional Preparatoria, UNAM). Asesoras Aída Gabriela Guzmán López (Estudio Técnico Especializado en Histopatología). e-mail: Consuelo Arce Ortiz (Psicología e Higiene Mental). Escuela Nacional Preparatoria, Plantel 1 “Gabino Barreda”, UNAM.
